¿Tu teléfono debería ser a prueba de agua?

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El Samsung Galaxy S5 y el Sony Xperia Z2 tienen algunos puntos en común: ambos fueron presentados en la última edición del Mobile World Congress, son fuertes competidores de alta gama que se medirán durante el round 2014 en el mercado de telefonía movil y los dos son resistentes al agua.

Sí, el hecho de que dos de los teléfonos más importantes de este año sean resistentes al líquido no es un dato menor. Así como tampoco que otros elegantes teléfonos aparecidos en 2013 -como Sony Xperia Z,HTC Butterfly y Samsung S4. Active- lo fueran. A pesar de que Apple aún no cuente con un modelo sumergible entre sus filas, el valor waterproof -la resistencia al agua- es una de las características que es importate tener en cuenta a la hora de elegir un celular para evitar la amenaza de uno de sus depredadores naturales: los inodoros.

Puede que dicha amenaza genere extrañeza, pero los números son bastante contundentes.Según una encuesta de Plaxo, un 19 por ciento de los usuarios tiran sus teléfonos al retrete.

Así como suena: una de cada cinco personas padecen estos episodios -accidentales o intencionales, pero siempre lamentables- en los que el aparato queda sumergido en el agua. Qué pasa con ellos tras la caída es incierto: algunos siguen su camino natural a través de las cañerías para no regresar jamás y otros son rescatados por sus dueños -hasta hubo un héroe en China cuya mano quedó atascada mientras trataba de recuperar su teléfono.

Pero, ¿existe algún tipo de relación entre los nuevos teléfonos resistentes y estos accidentes tecnológicos en los baños? No hay un pronunciamiento concreto por parte de las empresas, pero el waterproof puede resultar muy importante en los años venideros.

Hace algunos meses, la Unión Internacional de Telecomunicaciones predijo que, durante 2014, los teléfonos móviles superarían a la población mundial en número. Esto sería, por lo menos, unos 7.1 billones de celulares -cuya distribución y densidad variaía bastante de acuerdo al continente-. Ahora, un poco de matemáticas: si cerca del 20 por ciento de los teléfonos caen al inodoro, 1.42 billones de unidades podrían quedar pasadas por agua durante este año. A pesar de las técnicas de resucitación, algunos aparatos pueden romperse y quedar en desuso para siempre.

Es aquí donde aparece el nudo de la cuestión. Un teléfono roto tiene dos salidas: una responsable y otra irresponsable. La primera abarca opciones como devolver el aparato a una sucursal del fabricante -que, en teoría, debería actuar solidariamente y reciclarlo- o donarlo a asociaciones civiles para distintos fines. La mala opción, en cambio, es tirarlo al tacho sin ningún tratamiento previo: una forma muy sencilla de contribuir al karma de Agbogbloshie (Ghana), Delhi (India) o Guiyu (China), ciudades en las que el e-waste están a la orden del día y afectan tanto la salud de las personas como la del ambiente.

Un comentario aparte: la basura electrónica, tema que se ha tratadi en varias oportunidades en Discovery Noticias, es una problemática sobre la que la ONU alerta seriamente. En una proyección que se realizó en diciembre de 2013, se estimó que, hacia 2017, se producirán cerca de 65 millones de toneladas métricas de e-waste anualmente: esto equivale a 200 Empire State o a 11 Pirámides de Gyza.

Opciones para blindar tu teléfono
Antes de que compres el teléfono, compañías como P2i o HzO se encargan de proteger del agua a los celulares durante su proceso de fabricación -la primera aplica sus efectos en los Motorola Razr, por ejemplo. Si no puedes hacerte de equipos como el Sony Xperia (en cualquiera de sus versiones Z), el Motorola Defy o el Samsung Galaxy S5, te conviene saber que existen tecnologías y métodos para proteger a tu equipo contra los embates del agua.

En California, hay dos iniciativas: Liquipel y WaterFi. La primera aplica un aditivo químico que se encarga de repeler los líquidos tras someter al teléfono a una cámara de vacío que limpia tanto la superficie como el interior -el precio de este servicio empieza en 60 dólares-. La otra, en cambio, cubre a los dispositivos con capas de nano partículas que evitan el contacto y el ingreso de agua -para este caso, hay que abonar por lo menos 90 dólares.

En México, Watershield trabaja con un sistema similar al de WaterFi. Recubre a los electrónicos con capas de polímeros que evitan el ingreso de líquido.

En caso de que no quieras o te resulte costoso invertir en este tipo de servicios, también existen múltiples fundas, estuches y carcasas sumergibles, como Incipio Atlas, una carcasa hermética a prueba de golpes y resistente al agua para iPhone 5; la serie Armor de Otterbox, que da protección contra agua, polvo y caídas; o Dry Case, una especie de bolsa de HTC One, que sella al vacío el smartphone si quieres llevarlo al agua contigo. Opciones sencillas -y bastante menos costosas- que pueden transformar a tu teléfono celular en uno mucho mejor: un verdadero híbrido.

¿Qué haces con tus celulares rotos o en desuso?

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Fuente: Discovery