Lo que todo ejecutivo no debe hacer

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Recientemente dejó su cargo el director financiero de la marca Super Dry en Londres, al declararse en quiebra; es decir, un ejecutivo que manejaba una compañía con una facturación de alrededor de 585 millones de euros fue incapaz de llevar adecuadamente su economía. ¿A cuántos ejecutivos mexicanos les estará pasando algo similar? No son pocos.

Ese fenómeno me ha sorprendido todo el tiempo: a pesar de contar con conocimientos destacados en finanzas y saber administrar una empresa, muchos caen en problemas domésticos al grado del colapso.

Es usual que la sociedad los catalogue como ejecutivos hombres o mujeres de éxito, al observar la parte superficial como la casa, el auto o la ropa; sin embargo, desconocemos el nivel de endeudamiento que tienen para poder mantenerlo.

Caer en este tipo de circunstancias por parte de un ejecutivo, que por definición es metódica, se debe a una combinación de factores, los cuales enumero a continuación.

1.- Exceso de confianza derivado de su éxito profesional y se toman decisiones a la ligera. Recordemos que mientras en las organizaciones cuentan con un equipo que apoya la resolución, en la vida familiar se reduce esta posibilidad.

2.- La falta de tiempo para sentarse a analizar su propio presupuesto y cuáles son las repercusiones de sus actos. Es capaz de dejar de dormir por el trabajo, pero no así para analizar su cartera.

3.- Lo anterior se combina con una actitud de poca importancia al ejercer control sobre su dinero. “Si manejo a una compañía de millones de dólares y cientos de empleados, ¿cómo voy a estar revisando mi estado de cuenta de la tarjeta?”. En pocas palabras, hay un desprecio por dicha actividad.

4.- El consumo desmedido llega a ser un fenómeno parecido al alcoholismo: entre más gasta, más quiere comprar. Aunque cuentan con un nivel de vida alto, se dan casos en que buscan vivir en un estatus superior e insostenible. El resultado es la elevación de las deudas y pronto la insolvencia.

5.- Pensar que las decisiones son similares a las de las empresas.
Se corren riesgos sin sentido en las inversiones y los negocios, al disponer en forma irresponsable del patrimonio y se hipotecan los bienes inmuebles. En caso de fracaso esto deriva en una quiebra personal, que al parecer fue el caso del mencionado CFO inglés.

Ejecutivos, eviten esto.

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Fuente: El Financiero