América Latina al borde de la pobreza

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Factores como la pérdida de empleo, un menor crecimiento del PIB o enfrentar una enfermedad podrían llevar a parte de la población que vive con entre 4 y 10 dólares al día a la pobreza, dijo Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial.

En América Latina, alrededor de 40 por ciento de la población en situación vulnerable es susceptible de regresar a la pobreza, por lo que es importante que la región continúe con su agenda de crecimiento, advirtió el Banco Mundial.

El vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, Jorge Familiar Calderón, aclaró que dicho segmento de la población es el que está en medio de la pobreza y la clase media, es decir, que vive con entre 4.0 y 10 dólares al día.

Expuso que factores como una crisis económica, un menor crecimiento del Producto Interno Bruto, problemas familiares como una pérdida del empleo o enfrentar una enfermedad, podrían llevar a parte de la población vulnerable hacia la pobreza.

De ahí, subrayó, «es importante retomar la senda de crecimiento en la región para que los vulnerables puedan ingresar a la clase media, los pobres a la vulnerabilidad y los de extra pobreza a la pobreza y vamos en ese camino de desarrollo».

En San Lorenzo de El Escorial, provincia de Madrid, destacó que Latinoamérica cuenta con una década de una «época dorada», con crecimientos económicos de entre 4.0 y 6.0 por ciento, en donde vivió una transformación sin precedentes.

Familiar Calderón explicó que la pobreza extrema, que es la subsistencia diaria con 2.5 dólares, mostró una reducción de prácticamente 50 por ciento, en tanto que la pobreza, es decir, quienes sobreviven con menos de 4.0 dólares al día, disminuyó de manera importante.

En ese sentido, abundó que por primera vez en la historia los latinoamericanos que formaron parte de clase media superaron a los que viven en extrema pobreza.

El directivo explicó que muchas de las condiciones que dieron lugar al crecimiento de esa transformación social no son vigentes en la actualidad, debido a que se tenían economías emergentes que crecían a tasas importantes como China, que lo hacía a 12.0 por ciento, y ahora lo hace al 6.0 por ciento.

Ello, dijo, además de que los precios de las materias primas como los minerales y los bienes agrícolas subieron de manera importante en un entorno de demanda, en el que su producción era en la región latinoamericana.

A diferencia de lo que pudo haber pasado hace 15 o 20 años en las condiciones actuales, latinoamérica no está en crisis, ya que a lo largo y ancho de la región el buen manejo de lo macroeconómico es un valor bien entendido.

Al respecto, señaló que un buen manejo macroeconómico es una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo y el crecimiento.

Sin embargo, añadió, se tienen instituciones sólidas y sistemas financieros fuertes, con adecuadas regulaciones y supervisión financiera, lo que representa un cambio significativo en comparación con la Latinoamérica del pasado.

De acuerdo con un estudio se detectó que dicho incremento no sólo se debió al crecimiento de los mercados emergentes, sino a las reformas realizadas por varios países de la región en materia de comercio exterior y competitividad, las cuales tuvieron un impacto importante durante la última década.

Por ello, indicó que la agenda de la región debería estar centrada en un manejo macroeconómico y fiscal prudente, en un marco en donde hay países que cuentan con ahorros que les permiten enfrentar crisis y que han sido manejados de manera prudente por los gobiernos.

Refirió que esta agenda debe de incluir la necesidad de invertir en infraestructura, como en puertos, aeropuertos y carreteras, así como modernizar los procesos aduaneros y fitosanitarios.

A su vez, explicó que otro punto a considerar es el desarrollo de capital humano, al tomar en cuenta de manera importante los servicios de salud y educación, en donde el problema ya no es el acceso a la educación sino a la calidad de la misma.

El clima de negocios también debe ser un tema a contemplar en la agenda latinoamericana, en el sentido de facilitar al sector privado la interacción con el gobierno, así como de permitir que las empresas hagan negocios y generan empleos.

En este punto de la agenda, señaló, se debe tener en cuenta el tema de la informalidad, debido al efecto que éste tiene en la productividad de las empresas.

Agregó que la protección social también debe ser un factor a tomar en cuenta, en el que se debe lograr pasar de un programa, a un sistema de protección social.

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Fuente: El Financiero